España es una potencia emprendedora a nivel Europea pero en nuestro tejido empresarial reside un gran problema respecto a nuestros vecinos europeos: la mortalidad empresarial. En nuestro país, el 61,5% de las empresas que se crean no superan los 5 años de vida según el último informe de crecimiento empresarial de Cepyme Situación de las pymes en España comparada con la de otros países europeos, en base a los datos de Eurostat, que estudian la evolución de la mortalidad de las compañías creadas en 2013, hasta 2018.
Fuentes de Cepyme consultadas por elEconomista.es, consideran que «el problema de nuestro tejido empresarial es que es más pequeño que el de los países de nuestro entorno y está más atomizado. El 94% son microempresas, con menos de 10 trabajadores y eso hace que las empresas sean menos productivas y competitivas y, por tanto, se arrastra la productividad del país hacia abajo».
En ese año se crearon en nuestro país un total de 154.591 empresas de las que solo quedaron en 59.451 en 2018. Lo sorprendente de los datos extraídos de Eurostat es que durante el primer año desaparecieron un 25,7% del total.
Con respecto a los países europeos, solo Rumanía y Dinamarca tienen mayor porcentaje de mortalidad que nuestras empresas, el resto de los grandes países del continente, así como la media europea, tienen mayor permeabilidad en su tejido empresarial. En el caso de Portugal, es el país en el que más empresas sobreviven durante los primeros cinco años, un 52,7% del total, seguido por Holanda (46,7%), Alemania (45,9%) y Francia (45,8%).
Desde Cepyme achacan la alta mortalidad de las empresas de reciente creación debido a «que la burocracia española no acompaña a la empresa. La empresa se ve como un actor al que hay que controlar y fiscalizar desde el principio. Y esto es muy diferente a lo que sucede en países con fuertes tejidos empresariales. En España, se fiscaliza a la empresa partiendo de un principio de culpabilidad que es falso».
Cada año cerca de 1 de cada 11 empresas con empleados que hay en España desaparece. La Tasa de Mortalidad empresarial (relación entre las empresas con empleados que desaparecen y las que están activas) es mayor en España (9,2%) que en Italia (8,3%), Alemania (7,5%) o Portugal (7,2%). Entre los países más grandes, Francia (10,2%) y Reino Unido (11,3%) presentan una mortalidad mayor que la española.
Lo mismo, visto desde otro ángulo, nos dice que las empresas con empleados en España tienen una «esperanza de vida al nacer» media cercana a los 11 años, que es casi la mitad de lo que duran, de media, las empresas en la UE (19,6 años).
Entre estos datos, destaca con fuerza el grado de supervivencia de las empresas de Irlanda y Dinamarca, muy alejadas del resto de países europeos, y que provocan que la media europea sea tan alta. En Dinamarca, la esperanza de vida de sus empresas es de 63,1 años y un grado de mortalidad del 1,6%. Con respecto al país británico, las sociedades irlandesas comparten con los daneses la tasa de mortalidad empresarial (1,6%), pero su esperanza de vida es algo más reducida, con 61,8 años.
Comparando con el resto de países europeos, Reino Unido y Francia estarían por debajo de España en términos de esperanza de vida (8,8 y 9,8 años respectivamente), por los 10,8 años de nuestro país. Holanda (11,1 años), Italia (12 años), Alemania (13,3 años) y Portugal (13,8 años), se encontrarían por delante de nuestro país.
«Las excesivas cargas y controles que tiene la empresa española hace que tenga una menor esperanza de vida que las de otros país. Para incrementar la vida de las empresas se debe crear un entorno más favorable a la actividad empresarial. Por otra parte, si lográramos alargar la esperanza de vida de las empresas, incrementaríamos el tamaño y la productividad de las empresas. En España se tarda mucho en crecer y una empresa con más experiencia significa que ha consolidado su negocio, suele ser más productiva y está más capacitada para aumentar su tamaño. Por eso es importante intentar alargar la vida de las empresas para que nuestro tejido empresarial sea en conjunto más productivo», concluye Cepyme.
(Fuente: El Economista)