Hace un año que viene coleando la decisión global de imponer un tipo mínimo del 15% en el impuesto sobre sociedades (IS). Una medida que se presuponía como la novedad más importante en materia tributaria para las empresas, pese a que aún no se ha puesto en marcha.
Ahora, todo indica que podrá estar operativa en 2024 aunque ello no suponga problema alguno para la gran mayoría de los países, cuyas empresas ya pagan en sociedades un tipo efectivo medio del 21,4%.
España, por encima de la media
Según se desprende del informe Declaración de Sociedades 2021, presentado recientemente por el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF), nuestro país se encuentra, con un tipo nominal del 25%, en la mitad superior de la tabla que clasifica la presión fiscal societaria de los países de la OCDE.
En concreto, se encuentra en la decimocuarta posición de un total de 38 estados, compartiendo el porcentaje tributario con otros vecinos europeos como Austria, Bélgica o Países Bajos. España cerró 2021 con una base imponible consolidada de 114.800 millones de euros.
Si echamos un vistazo a los países con el tipo nominal más elevado encontramos a Portugal en primera posición con un 31,5%, seguido de Colombia (31%) y de Australia, Costa Rica y México (las tres con un 30%). %). Otros países europeos de nuestro entorno como Alemania (29,9%), Francia (28%) e Italia (27%) también superan a España.
Como particularidad, si analizamos el IS de nuestro vecino peninsular como referencia mundial en este apartado, los beneficios empresariales en Portugal tienen 3 tramos distintos: general, municipal y estatal dependiendo de la ubicación, tamaño y facturación.
Otras potencias mundiales como Japón (29,7%) o Estados Unidos, por poco, (25,7%) se quedan por encima de nuestro país mientras que, a la cola de este ranking se sitúan Irlanda, Chile y Hungría, como los únicos países de la OCDE con un tipo nominal inferior al 15%.
Pasos a seguir
Con efectos para los períodos que se inicien a partir de este año, la Ley de Presupuestos Generales del Estado establecía con su aprobación una regla de tributación mínima del 15% en el Impuesto sobre Sociedades. Eso sí, solo para algunos contribuyentes.
En efecto, aquellos cuyo importe neto de la cifra de negocios (INCN) sea, al menos, 20 millones de euros durante los 12 meses anteriores a la fecha en que se inicie el período impositivo, y; aquellos que tributen en el régimen de consolidación fiscal, con independencia de su INCN.
A estas alturas, la negociación para imponer el tipo mínimo global en el IS avanza más lento de lo previsto, pero sin pausa. Según los últimos datos que comentamos, la OCDE cree que la nueva tasa podrá estar operativa en dos años.
Eso sí, una vez aprobada, será tiempo de comprobar de primera mano su impacto real en países que cuentan con gravámenes que ya son notablemente superiores, como es el caso del nuestro,
Vista la diferencia entre las principales economías del mundo, cabe recordar que el debate que surgió en el G7 hace justo un año para acabar con la carrera a la baja entre jurisdicciones, y que posteriormente se trasladó al club de los países ricos, se centra en el tipo efectivo al que están sujetas las compañías.
Según calcula la Agencia Tributaria, las empresas españolas pagaron en 2021 el equivalente al 9,15% de sus beneficios. No obstante, la cantidad sujeta al gravamen es la base imponible, afectada en 2021 por un tipo efectivo del 21,4%, un 4% mayor que en el año 2020.
(Fuente: Empresa)