El metaverso, los chips y el ‘ecommerce’ social ganarán protagonismo este año

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A medida que las empresas comiencen a recuperarse este año del modo de supervivencia que causó el Covid, es más que probable que haya un enfoque “urgente y renovado” en mejorar las operaciones para recuperarse de las pérdidas del año pasado. “2022 será el año de pasar de la supervivencia al fortalecimiento”, dice Kiron Ravindran. Este profesor, junto a otros diez colegas del IE Business School, han dado a conocer las tendencias tecnológicas que marcarán 2022. Un año que, aunque “traerá más profundización que apariciones revolucionarias”, como apunta Julián de Cabo, no dejará de ser movido. Sin ir más lejos, las criptomonedas y el blockchain “se enfrentan en 2022 a un segundo momento de la verdad”, sostiene Eduardo Pedreño.

Modelos de trabajo híbridos. El fin de la declaración de pandemia hacia la mitad del año y su reconsideración como enfermedad endémica de gravedad decreciente condicionará un retorno cada vez mayor a la actividad, “pero algunos modelos laborales mantendrán posibilidades flexibles y se convertirán cada vez más en esquemas deseables para el trabajador”, vaticina Enrique Dans. También Agustín Cuenca cree que en 2022 se confirmará que el teletrabajo se queda y avanza que las organizaciones tendrán que pasar del modo “transitorio” al modo normal, y eso va a suponer cambios de organización. “Hoy el teletrabajo es vídeo+chat+carpetas compartidas. Eso no es suficiente, así que creo que veremos un aumento del mundo de herramientas diseñadas para trabajar en remoto, como Basecamp, Asana o Monday”. En la misma línea, Casimiro Juanes cuenta que se va a pasar a modelos de trabajo híbridos, con impactos y cambios tanto tecnológicos (“beneficiando de nuevo a Microsoft, Oracle, Google o Zoom”) como de formas de trabajo. “Según IDC, más de un 60% de empresas ha acelerado el uso de tecnologías digitales para realizar el trabajo. En esto, ha entrado este año con fuerza las alternativas de modelos virtuales o de realidad aumentada, sobre todo la propuesta de Meta (antes Facebook) y de Microsoft con Teams. Una oportunidad (aún primigenia) para nuevos modelos de trabajo”, dice.

Metaverso, realidad virtual y aumentada. Grandes corporaciones como Facebook, Nvidia y Microsoft han presentado ya sus planes para el metaverso, con el objetivo de crear entornos inmersivos en línea que ofrezcan un mundo persistente para trabajar, socializar y jugar, asegura Álvaro Arenas. Este añade que «a medida que el ecosistema del metaverso crezca en 2022, espero que tenga un impacto directo en el futuro de muchos sectores tecnológicos. Estos incluyen realidad virtual y realidad aumentada, juegos en línea, productos de tecnología de consumo tales como gafas de realidad virtual o parlantes inteligentes, monedas digitales, y tecnologías de colaboración, educación y salud, entre otras».

Pedreño asegura, por su parte, que el llamado metaverso “es otra promesa con un grado de concreción bajo», pero apunta como Dans que la presentación de unas gafas de realidad virtual o aumentada por parte de Apple podría ser en 2022 “un interesante detonante para saber qué puede deparar el metaverso”. «La irrupción de Apple en el segmento, disputando la supremacía que hasta ahora mantiene Meta con OculusVR, se convertirá en un fuerte factor de reinvención de la categoría, que comenzará a ser utilizada más allá del gaming y de otros usos marginales», añade Dans. También De Cabo sostiene que los metaversos, entendidos como evolución de la realidad aumentada y la virtual, tiene bastantes papeletas para convertirse a medio/largo plazo en la plataforma que suceda a la del smartphone. “Y, como el móvil, no será tanto un dispositivo como un espacio virtual persistente donde estaremos de forma más o menos continúa”. No obstante, dice que «estamos muy al principio, faltan estándares y que hay que ver qué plantean las grandes empresas en cuanto a interoperabilidad y capacidad de definir y transferir nuestros activos digitales entre unos y otros metaversos o partes de un gran metaverso integrado”. “Suena raro», continúa, «pero también sonaba así la web al principio».

Y, aunque aún todo lo que tiene que ver con el metaverso “es incierto porque está comenzando”, como apunta Luz Rello, algunas industrias, como la del retail, y otras que veremos en 2022, empiezan a tomar posiciones en el mundo virtual, “al ser muy probable que al final el metaverso se convierta en un mercado importante”. Algunas grandes marcas como Nike, Adidas, Gucci, Balenciaga o Louis Vuitton, recuerda, ya han sacado sus colecciones digitales.

Chips y cadena de suministros. La industria de los chips, que tantos quebraderos de cabeza ha causado en 2021, “adquirirá un papel cada vez más central y condicionará desde las inversiones de algunos Gobiernos, hasta las consecuencias geopolíticas”, avanza Dans, que también advierte de que la crisis de la cadena de suministro se mantendrá “debido fundamentalmente a su insostenibilidad, “e iremos viendo presiones cada vez mayores para redefinirla en base a diferentes estándares. Algunas compañías, de hecho, comenzarán a hacer la guerra por su cuenta y se integrarán con esquemas logísticos replanteados desde cero al margen de los tradicionales”.

Regulación de las tecnológicas. El acoso de los reguladores contra los gigantes tecnológicos continuará, “y no se librará ninguno”, dice Pedreño. Dans asegura que la regulación a las grandes tecnológicas experimentará un fuerte avance (aún mayor que en 2021), “y muchas se verán enormemente restringidas y condicionadas por ella”. En su opinión, la Administración Biden en EE UU se convertirá en “la bestia negra de Silicon Valley” con demandas y reformulaciones legales cada vez más duras. Juanes añade, hablando de regulación en Europa, que, a los retos ya conocidos de privacidad y datos personales, hay que sumar ahora los relativos al uso de la inteligencia artificial y de los modelos de plataforma (con regulación en temas laborales y de uso de recursos).

Salud preventiva. Cada vez serán más las compañías que busquen desarrollar sistemas basados en la monitorización del usuario tanto para el cuidado de su salud con un enfoque preventivo, como para llevar a cabo más investigación en el ámbito sanitario. Así lo apunta Dans, para quien “algunos países con sistemas públicos de salud avanzados y punteros comenzarán además a avanzar en la idea por una consideración de costes y calidad de servicio”. Pedreño, por su parte, prevé “una invasión de las empresas tecnológicas en el sector salud: 23andme desarrollando medicamentos, Google utilizando deep learning con el mismo propósito y otros muchos más”.

Sostenibilidad y cambio climático. Dado que la sostenibilidad y el cambio climático son los dos grandes retos de la humanidad, Juanes señala que se va a pedir cada vez más a las empresas que busquen soluciones para economía circular, reducción y reutilización, uso de recursos locales, eficiencia energética, y apunta que para lograrlo el rol de la tecnología es clave. “Tanto en modelos de mejor uso de recursos (la evolución de la economía colaborativa pero más cercana), como en eficiencias energéticas (gracias a gestión de datos y smart grids, menor uso de recursos gracias a comunicaciones IT, etc.). En esta línea, Dans cree que se verá “una auténtica fiebre” por las placas solares y las baterías en los países en los que la revolución solar a nivel doméstico no se haya producido aún, y que el vehículo eléctrico “escalará” en las preferencias de los usuarios y más marcas tradicionales empezarán no solo a producirlos, sino a anunciar la descarbonización de su producción.

Criptomonedas, NFT y Web3. La descentralización va a seguir ganando fuerza, de la mano de la tecnología blockchain, coinciden Cuenca y Arenas. Según este último, “El blockchain seguirá ganando espacio en 2022, pero sobre todo aparecerán plataformas para NFT (tokens no fungibles). El próximo año veremos NFTs en todas partes, desde películas hasta propiedades y obras de arte”. “Los NFTs comenzarán a demostrar si son algo serio o empiezan a pinchar”, puntualiza Guillermo de Haro, que destaca el blockchain en B2B, “aunque los tokens y criptos empiezan a generalizarse”. Cuenca asegura que “en cripto cualquiera puede descentralizar y programar DAOs y eso hará que por pura evolución surjan proyectos muy disruptivos que no somos capaces de ver y no hablo de NFTs o shitcoins”.

También Julián de Cabo apunta a una “nueva oleada” de la web, la web3, “con capacidades alternativas para construcción de software, negocios, redes y transferencia de valor que irá mucho más allá de la explosión de las criptomonedas. Espero”, comenta, “que sea un escenario mucho más abierto y descentralizado, con más opciones para que los individuos puedan hacer dinero y no solo las grandes tecnológicas. Y aquí los NFT empiezan a tener un papel interesante”. Por su parte, Ravindran ve probable que, en el espacio del blockchain, los contratos inteligentes “vean más prominencia en las cadenas de suministro”. Y Pedreño advierte que las criptomonedas y el blockchain se enfrentan este año a un segundo momento de la verdad. “Tras una década siendo foco de atención el volumen de pagos procesados a través de criptomonedas en 2021 ha sido tan solo 12.000 millones de dólares (frente a 1,9 billones total a nivel global).

Computación cuántica. La carrera por lograr el ordenador cuántico que funcione correctamente seguirá en 2022, asegura Elena Yndurain. En su opinión, habrá sorpresas: “Aparición de alguna tecnología de qubit inesperada sin apenas fallos; seguramente Amazon Web Services lanzará su propio ordenador cuántico, e IBM, Google, IonQ y Honeywell superarán 1.000 qubits de buena calidad”.

Publicidad digital. Las crecientes protestas contra la gestión de la información persona y las preferencias del usuario para la persecución y el acoso publicitario llevarán, según Dans, a la “reinvención” de buena parte del ecosistema tal y como lo conocemos, “y a una redefinición en busca de esquemas más respetuosos y sostenibles”.

Nube. La nube seguirá siendo clave para mejorar en costes, eficiencia y agilidad, por lo que más empresas seguirán moviendo su trabajo a la nube, coinciden Kiron Ravindran y Juanes. El primero ve probable que se produzca una mejora en las capacidades de los proveedores de la nube y, el segundo, destaca que cada vez hay más énfasis en el desarrollo nativo para la nube (cloud native), “donde se puede sacar partido de todas las oportunidades de la nube dado el mayor nivel de madurez de compañías. Esto permite soluciones por verticales que serán cada vez más específicas y accionables”.

Ciberseguridad. Tras el aumento de los delitos cibernéticos en 2021, especialmente los ataques de ransomware, Ravindran y Arenas avanzan que “la urgencia hará que recursos de inteligencia artificial (IA) y analítica se dirijan a detectar riesgos de seguridad y predecir el comportamiento de los hackers, y de esa manera prevenir futuros ataques”. Para Cuenca también la ciberseguridad seguirá aumentando de relevancia (“es el momento de los gestores de contraseñas y la seguridad”, dice) y Pedreño avanza que se van a ir vislumbrando nuevas soluciones “encaminadas a acabar nuestra dependencia de las contraseñas mediante dispositivos o biometría”. “La privacidad seguirá siendo también un tema candente, especialmente lo que toca a las redes sociales y sus comportamientos nocivos”, destaca este profesor. En la misma línea, Juanes advierte que la superficie de ataque se ha ampliado, que el ransomware y otros tipos de ataque, especialmente a través de la cadena de suministro, ya están aquí para quedarse, “así que la inversión en seguridad basada en IA para la protección de activos y servicios digitales es ya una obligación, porque aún estamos por detrás de los malos”.

Marketing de influencers y ecommerce social’. Siguiendo la tradición asiática, el marketing de influencers seguirá un crecimiento meteórico en los presupuestos de marketing digital de las empresas, aunando los objetivos de aumento de la notoriedad y del reconocimiento de marca con objetivos de conversión venta puros y duros, según advierte Fernando Aparicio. “Será el año que se postularán como tercera vía a las alternativas tradicionales del ecommerce: la tienda online propia y los marketplace, especialmente Amazon. Y el live shopping empezará a tener un peso cada vez más relevante en los marketing mix de las empresas con presupuestos desahogados. Aparicio también cree que 2022 será el año en el que las redes sociales se fusionarán con el ecommerce, “en el tan esperado social commerce, para el que aún falta saber si ofrece las rentabilidades y, sobre todo, las tasas de conversión esperadas”. Este profesor asegura que la integración de opciones de pago dentro de las redes sociales facilitará la compra por impulso (“¿se convertirá WhatsApp en la primera super-app occidental?, se pregunta), aunque asegura seguirán estando lejos de empresas como Amazon, al carecer de una solución logística que les ofrezca una cadena de valor completa e integrada.

‘Super-apps’. Una tendencia que definitivamente acaparará titulares en 2022, según Pedreño, son las super-apps. Inicialmente surgidas en Asia con WeChat, son apps que incorporan múltiples funciones. “Empresas de banca como Revolut van a empezar a vender viajes online y muchas otras apps parecen interesadas en añadir funciones ya sea por integración de diversas apps (Uber con Uber Eats, por ejemplo) o por adquisición de empresas cuyas funciones podrían servir para amplificar su valor (tras la fallida compra de Pinterest por Paypal podría haber algo parecido)”. Pedreño añade que en el punto de mira de adquisiciones podrían estar redes sociales como Pinterest, Twitter o Snap, “exitosas, pero no al nivel de Facebook”.

‘Marketplaces’ verticales. En el marco del B2B, se verá una mayor evolución a entornos transaccionales donde las empresas no solo se conozcan digitalmente, sino que puedan completar las transacciones dentro de los propios marketplaces, indica Aparicio, que vaticina que “asistiremos al crecimiento de los marketplaces verticales como alternativa 24/7 a las ferias tradicionales, en una tendencia acelerada por el Covid-19”. Y en este contexto lanza una pregunta: “¿Se convertirá LinkedIn, de una vez por todas, en el gran marketplace B2B con capacidad para dominar los mercados occidentales?”. El mercado, dice, no puede ser más propicio.

Computación cuántica. La carrera por lograr el ordenador cuántico que funcione correctamente seguirá en 2022, asegura Elena Yndurain. En su opinión, habrá sorpresas: “Aparición de alguna tecnología de qubit inesperada sin apenas fallos; seguramente Amazon Web Services lanzará su propio ordenador cuántico, e IBM, Google, IonQ y Honeywell superarán 1.000 qubits de buena calidad”.

Publicidad digital. Las crecientes protestas contra la gestión de la información persona y las preferencias del usuario para la persecución y el acoso publicitario llevarán, según Dans, a la “reinvención” de buena parte del ecosistema tal y como lo conocemos, “y a una redefinición en busca de esquemas más respetuosos y sostenibles”.

Ciberseguridad. Tras el aumento de los delitos cibernéticos en 2021, especialmente los ataques de ransomware, Ravindran y Arenas avanzan que “la urgencia hará que recursos de inteligencia artificial (IA) y analítica se dirijan a detectar riesgos de seguridad y predecir el comportamiento de los hackers, y de esa manera prevenir futuros ataques”. Para Cuenca también la ciberseguridad seguirá aumentando de relevancia (“es el momento de los gestores de contraseñas y la seguridad”, dice) y Pedreño avanza que se van a ir vislumbrando nuevas soluciones “encaminadas a acabar nuestra dependencia de las contraseñas mediante dispositivos o biometría”. “La privacidad seguirá siendo también un tema candente, especialmente lo que toca a las redes sociales y sus comportamientos nocivos”, destaca este profesor. En la misma línea, Juanes advierte que la superficie de ataque se ha ampliado, que el ransomware y otros tipos de ataque, especialmente a través de la cadena de suministro, ya están aquí para quedarse, “así que la inversión en seguridad basada en IA para la protección de activos y servicios digitales es ya una obligación, porque aún estamos por detrás de los malos”.

Marketing de influencers y ecommerce social’. Siguiendo la tradición asiática, el marketing de influencers seguirá un crecimiento meteórico en los presupuestos de marketing digital de las empresas, aunando los objetivos de aumento de la notoriedad y del reconocimiento de marca con objetivos de conversión venta puros y duros, según advierte Fernando Aparicio. “Será el año que se postularán como tercera vía a las alternativas tradicionales del ecommerce: la tienda online propia y los marketplace, especialmente Amazon. Y el live shopping empezará a tener un peso cada vez más relevante en los marketing mix de las empresas con presupuestos desahogados. Aparicio también cree que 2022 será el año en el que las redes sociales se fusionarán con el ecommerce, “en el tan esperado social commerce, para el que aún falta saber si ofrece las rentabilidades y, sobre todo, las tasas de conversión esperadas”. Este profesor asegura que la integración de opciones de pago dentro de las redes sociales facilitará la compra por impulso (“¿se convertirá WhatsApp en la primera super-app occidental?, se pregunta), aunque asegura seguirán estando lejos de empresas como Amazon, al carecer de una solución logística que les ofrezca una cadena de valor completa e integrada.

‘Super-apps’. Una tendencia que definitivamente acaparará titulares en 2022, según Pedreño, son las super-apps. Inicialmente surgidas en Asia con WeChat, son apps que incorporan múltiples funciones. “Empresas de banca como Revolut van a empezar a vender viajes online y muchas otras apps parecen interesadas en añadir funciones ya sea por integración de diversas apps (Uber con Uber Eats, por ejemplo) o por adquisición de empresas cuyas funciones podrían servir para amplificar su valor (tras la fallida compra de Pinterest por Paypal podría haber algo parecido)”. Pedreño añade que en el punto de mira de adquisiciones podrían estar redes sociales como Pinterest, Twitter o Snap, “exitosas, pero no al nivel de Facebook”.

‘Marketplaces’ verticales. En el marco del B2B, se verá una mayor evolución a entornos transaccionales donde las empresas no solo se conozcan digitalmente, sino que puedan completar las transacciones dentro de los propios marketplaces, indica Aparicio, que vaticina que “asistiremos al crecimiento de los marketplaces verticales como alternativa 24/7 a las ferias tradicionales, en una tendencia acelerada por el Covid-19”. Y en este contexto lanza una pregunta: “¿Se convertirá LinkedIn, de una vez por todas, en el gran marketplace B2B con capacidad para dominar los mercados occidentales?”. El mercado, dice, no puede ser más propicio.

(Fuente Cinco Días)

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