Cada vez más mujeres españolas deciden emprender un proyecto propio. La distancia entre las mujeres y los hombres emprendedores se ha reducido un 30% en los últimos 10 años, según expone Informe Especial GEM sobre Emprendimiento Femenino. Específicamente, los datos de personas físicas dadas de alta en la Seguridad Social como autónomos destacan que hay una mujer por cada dos hombres. Las mujeres han aumentado tanto en el sector de servicios como en el empleo por cuenta propia, pero en la industria y en la construcción el número sigue siendo muy pequeño.
De hecho, el Informe GEM demuestra que España suma más de 650.000 mujeres emprendedoras y, en el mundo, hay un total de 128 millones de mujeres que dirigen empresas afianzadas. Gracias a ellas, se ha reducido la brecha de género un 6% desde 2012. Al dividir las fases del emprendimiento, hay algunas que tienen una notable brecha de género. El Observatorio de Igualdad y Empleo señala que es el caso de la fase de “emprendimiento naciente” con un 18% y en empresa consolidada con un 20%. En cambio, al principio del proceso la brecha de género es casi nula. Las mujeres no acaban de llevar a cabo sus proyectos porque conciben mayor miedo al fracaso que los hombres.
Las mujeres emprendedoras no dejan de crecer en número, en consecuencia, es esencial destacar la importante labor que realizan. Gracias a ellas, la brecha de género está disminuyendo y facilitan el acceso de las generaciones venideras al mundo laboral.
Cabe recordar que las disparidades de brecha de género en materia emprendedora pueden manifestarse de diversas maneras:
- Acceso al capital: Las mujeres a menudo enfrentan dificultades para acceder a financiamiento y capital inicial para sus empresas. Los inversionistas y prestamistas a veces muestran prejuicios de género y tienden a invertir más en startups fundadas por hombres que por mujeres.
- Redes y conexiones: Las redes profesionales y contactos son esenciales para el éxito empresarial. Las mujeres a veces tienen menos acceso a estas redes, lo que puede dificultar su capacidad para obtener mentoría, colaboraciones y oportunidades de negocio.
- Estereotipos de género: Los estereotipos de género persisten en la sociedad, y esto puede llevar a que las mujeres sean vistas como menos competentes o adecuadas para liderar empresas o sectores específicos.
- Equilibrio entre trabajo y vida personal: Las responsabilidades familiares y las expectativas sociales a menudo recaen de manera desproporcionada en las mujeres, lo que puede hacer que sea más difícil para ellas emprender y dirigir negocios.
- Falta de modelos a seguir: La falta de mujeres en roles de liderazgo y éxito empresarial puede hacer que sea difícil para las emprendedoras encontrar modelos a seguir y sentirse inspiradas.
- Acceso a oportunidades de capacitación y desarrollo: A veces, las mujeres tienen menos acceso a programas de capacitación y desarrollo empresarial que los hombres.
(Fuente: TICPymes)