La decisión de las empresas sobre la mascarilla debe estar fundamentada y consultarse con los trabajadores

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El Ministerio de Sanidad ha publicado este miércoles una guía que deben seguir las empresas para imponer o no el uso de mascarillas en los puestos de trabajo. El documento no da indicaciones concretas de supuestos en los que hay que mantener esta medida de protección. Establece que la decisión sobre las medidas preventivas, entre ellas el uso de cubrebocas, no puede ser arbitraria sino basarse “en información recabada mediante la evaluación del riesgo de exposición” que deben realizar los servicios de prevención. Y en ese proceso “se consultará a los trabajadores y se considerarán sus propuestas”, indica el Ministerio en el nuevo documento que actualiza la guía que ya existía adaptándola a las medidas más recientes.

Sanidad marca a qué elementos hay que prestar atención para evaluar la situación: la ventilación adecuada, el nivel de ocupación, el mantenimiento de distancia interpersonal de 1,5 metros, el tiempo de permanencia, la actividad, las condiciones de temperatura y humedad relativa, la utilización de espacios comunes (vestuarios, comedores, etc.), los medios de transporte particular compartidos y existencia de personas vulnerables en el puesto de trabajo. En el proceso que realicen los servicios de prevención “se debe recabar la opinión de responsables, mandos intermedios y representantes de las personas trabajadoras”, señala la guía.

Mientras no se haya hecho esa evaluación, “no se debería imponer la mascarilla”, según Comisiones Obreras. “La norma es que no se obliga al uso, si lo haces hay que decir por qué. Por ejemplo, si el nivel de riesgo es alto y no hay capacidad de separar más a los trabajadores o estamos en un interior sin ventilación”, explica Carmen Mancheño, coordinadora de Salud Laboral del sindicato, que augura que a los servicios de prevención se les ha formado un atasco de peticiones en los últimos días que las está retrasando. CCOO considera que “no tendría sentido dar una pauta general” para todos los centros de trabajo porque “hay que evaluar el riesgo de cada puesto”. “En un mismo sitio puede estar una persona sana de 25 años, una embarazada o un inmunodeprimido”, añade.

El sindicato CSIF, mayoritario entre los funcionarios, lamenta que no haya habido un “plazo lógico para una mejor organización y evaluación de riesgos de cada puesto de trabajo a la hora de mantener o no el uso de las mascarillas” y señala como consecuencia de esta situación que el primer día la mayoría de administraciones públicas han optado por seguir como estaban. El sindicato pide un “uso responsable” en espacios donde las personas transitan o pueden estar un tiempo largo, como las oficinas de atención al ciudadano.

En el sector privado, empresas grandes y pequeñas han mandado instrucciones a sus plantillas para mantener de momento el uso de la mascarilla. Por ejemplo, Stadler Valencia, una fábrica dedicada a los trenes, ha estirado la obligación un mes más. También Ford en las plantas de fabricación de València. O Carrefour, al menos en algunas superficies de Madrid.

El documento deja claro que la utilización “no es preceptiva” pero incluye dentro del uso “recomendable” a las personas vulnerables que tengan contacto prolongado con otras estando a menos de un metro y medio de distancia. Sanidad pide ser especialmente cuidadosos con estos empleados (mayores, personas enfermas o embarazadas) a la hora de evaluar el riesgo. La guía ya establecía una evaluación caso a caso de los trabajadores con “especial sensibilidad en relación a la infección de coronavirus”. “Se tendrá en cuenta la existencia o inexistencia de unas condiciones que permitan realizar el trabajo sin elevar el riesgo propio de la condición de salud de la persona trabajadora”, recuerda el Ministerio.

La recomendación que hicieron los técnicos que asesoran al Ministerio y a las comunidades a través de la Ponencia de Alertas pasaba por seguir usándola si el trabajo no puede realizarse con una distancia entre personas de 1,5 metros y no está garantizada la ventilación, aunque no se menciona en la guía.

Potenciar el teletrabajo

Sanidad recuerda a las empresas que deben organizar el trabajo para minimizar los riesgos, más allá de la evaluación, “evitando la coincidencia masiva de personas en los centros de trabajo durante las franjas de mayor afluencia”. La guía sigue instando a “potenciar el teletrabajo para el desarrollo de aquellas actividades cuya naturaleza lo permita” y a valorar regímenes “mixtos” para las actividades que no requieran una “presencia continua”.

Esto adquiere especialmente relevancia desde que decayó la obligación de aislarse en el caso de un caso positivo con síntomas leves o asintomático. La guía dirigida a las empresas insta a estos trabajadores a “extremar las medidas de protección”, como el uso de la mascarilla o el lavado de manos, y a “evitar la interacción con personas vulnerables durante los 10 días posteriores al inicio de síntomas”. La nueva estrategia para el manejo y control de la COVID-19 tras la fase aguda, que recoge estos cambios, recomienda el teletrabajo en estas circunstancias.

La guía abre la puerta a reubicarlos a los positivos que trabajen en ámbitos vulnerables o cuiden a personas de riesgo en otras áreas de trabajo “no vulnerables”, a que teletrabajen, y “si todo ello no fuera posible” que dejen de acudir al centro de trabajo en los cinco días siguientes al inicio de síntomas. Después, y siempre que no haya síntomas en las últimas 24 horas, se les hará una prueba de antígenos. Si el resultado es negativo, se procederá a su reincorporación.

(Fuente: elDiario.es)

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