La identidad de muchas empresas está cambiando, con la digitalización como motor. Los perfiles del target (público objetivo) ya no se miden por su edad, sexo o lugar, si no por sus inquietudes, comportamientos y actitudes. Es decir, ya no solo se busca satisfacer la necesidad material del cliente, sino a su también, por decirlo de alguna manera, su espíritu. Nike es un ejemplo. Según vende, no comercializa zapatillas a jóvenes de 20-35 años, si no a personas que sientan la necesidad de “superarse y estar en forma”.
En un informe elaborado ‘Branding Brandemia’, el 71% de las personas entrevistadas, entre empresarios y expertos, considera que este 2022 aumentará el número de las grandes marcas que renovarán su branding hacia “el desarrollo de estrategias coherentes, el propósito (real) y el fin del ‘logocentrismo». Esta nueva forma de entender el mundo ha servido a las grandes marcas para ser más competitivas y dejar huella duradera en sus clientes, que se acaban sintiendo más identificados. Lo primero será explicar en qué es lo que abarca esta estrategia.
El cliente es un consumidor global y complejo. Sus necesidades no son ajenas a su identificación social. A lo que piensan, dicen o actúan. Por ello, el branding enlaza con el interior. Las marcas usan la psicología para hacer marketing e indagar en la motivación e identificar un perfil actitudinal que agrupa tres características: creencias, motivaciones, comunidad.
La marca debe llevar un sello espiritual, pues no solo está impactando en el cliente con el producto o servicio, si no con todo lo que este le inspira o transmite. A la hora de crear una estrategia de branding y marketing, identifica cuáles son los valores y fundamentos que están en la empresa para conectar con las personas que se sientan identificadas.
“Para desarrollar una estrategia de negocio que funcione es necesario empezar el trabajo desde el interior y preguntarse: ¿En qué cree?, ¿qué apoya?, ¿qué van a defender?, ¿qué no van a tolerar?, ¿cómo contribuirán a la sociedad? Se debe ser consciente de las fortalezas y debilidades y en las creencias limitantes que impiden el éxito. Una vez completado este proceso, se estará en disposición de comunicar lo que es hacia el exterior”, indica Gracia Olivenza, consultora en marketing digital y licenciada en psicología.
El branding incluye una perspectiva interna y externa de la marca. “Para poder conectar con tus verdaderos clientes es importante que seas capaz de comunicar tu mensaje con y desde el alma. Solo así se atraerán clientes que realmente confían y podrán sentirse satisfechos con tus productos o servicios”, continúa Olivenza.
(Fuente: Noticias Trabajo)
