La inflación sigue dando la lata en la eurozona, y el organismo ha vuelto a la carga con el anuncio de una nueva subida de tipos de interés: la octava subida en 12 meses. En concreto, el BCE subirá los tipos un 0,25%, lo que dejará el tipo de depósito en el 3,75% y el tipo de referencia en el 4,25%, lo que pondrá el precio del dinero en su nivel más alto en dos décadas, desde 2001.
Esta subida puede tener un impacto significativo en la empresa, afectando sus costes de endeudamiento, inversiones, demanda de productos, valoración de activos, competitividad y planificación financiera. Es esencial que las empresas sean proactivas y estén preparadas para enfrentar los desafíos que puedan surgir como resultado de los cambios en las tasas de interés.
En este sentido, los financieros de las empresas se están viendo obligados a tomar una serie de medidas para intentar mitigar el impacto del riesgo que supone la subida de tipos de interés.
- Muchas empresas se verán obligadas a contribuir con el objetivo del BCE de reducir la inflación, de forma que reducirán sus gastos y renunciarán a emprender nuevos proyectos.
- Previsiones de tesorería e incremento del control interno. Los financieros deben calcular el incremento de los costes financieros y trasladarlos a sus previsiones de tesorería, para ver si los recursos que generará la empresa son suficientes para poder afrontar el encarecimiento de sus pasivos financieros. Si de las previsiones realizadas se estima que los recursos generados no son suficientes, si no puede generar recursos adicionales, tendrá que reducir sus gastos.
- Incrementar el control de los créditos comerciales. La subida de tipos de interés incrementará la morosidad ya que muchas empresas experimentarán dificultades y no podrán pagar sus créditos comerciales o lo harán con retrasos. En este sentido, conviene tener en cuenta las medidas recogidas en los Presupuestos Generales del Estado para afrontar la morosidad, como la reducción del límite del importe de las operaciones que no obligaban a la Agencia Tributaria a devolver el IVA en caso de impago, que pasa de un límite de base imponible de 300 a 50 euros.
- Vigilar el fondo de maniobra de la empresa. Es conveniente monitorizar el fondo de maniobra de la empresa mes a mes, para de esta forma detectar rápidamente si se deteriora y tomar urgentemente medidas encaminadas a mantener la solvencia de la empresa.
- Invertir en activos que mejoren la productividad de la empresa y reduzcan sus gastos corrientes. La inversión en activos como placas solares que reduzcan la factura energética de las empresas puede ser una buena inversión.
- Estar preparados para una bajada de la facturación. Muchos particulares y empresas tendrán que reducir su consumo lo que puede suponer una bajada en la facturación de muchas empresas.
- Cuidado con las pólizas de crédito. Si la situación de la empresa o macroeconómica se deteriora pueden no ser renovadas o renovarse en peores condiciones.
- Negociar la financiación con las entidades financieras con bastante antelación. Si de las previsiones de la empresa se desprende que necesitará financiación adicional es conveniente negociar antes de que la situación de la empresa se deteriore.
(Fuente: TDK)