El contexto internacional ha agravado las dificultades que ya, de por sí, suelen tener las pymes a la hora de acceder a financiación. La subida del Euribor y los anuncios de subidas de tipos, tanto por parte del BCE como de la Fed, se traducen en un encarecimiento directo del coste de financiación.
La pyme, por circunstancias inherentes a su tamaño, es una de las grandes perjudicadas, ya que no disfruta de la fuerza de negociación de las grandes compañías y, o bien no llegan a acceder al crédito, o sus condiciones de acceso no permiten sostener su competitividad.
Por ello, existen varias vías alternativas de financiación para las pymes, y en concreto estas tres:
A través de esta solución las empresas pueden adelantar el cobro de facturas emitidas a crédito y obtener dinero de manera instantánea. En pocas palabras, una vía rápida y sencilla de contar con liquidez inmediata.
En el factoring una entidad financiera ofrece el importe correspondiente al pago de una factura con independencia de si ha llegado o no su fecha de vencimiento. Una alternativa a tener en cuenta en aquellas situaciones en las que se ha prestado un servicio o vendido un producto, pero todavía no se ha cobrado por él.
Además, en el caso de escoger la modalidad sin recurso, la entidad financiera asume el riesgo total de impago. Esto significa que, en caso de que el cliente no pague finalmente a la entidad financiera, ésta no podrá reclamar el cobro a la pyme.
Una causa frecuente de la falta de liquidez es el impago de uno o varios clientes. Ante esta realidad, esta solución emerge como una vía de conseguir financiación en un reducido margen de tiempo. Una gran posibilidad a valorar mayormente en aquellas situaciones en las que el pago se producirá a largo plazo.
En el anticipo de facturas la pyme recibe por adelantado la cuantía de una determinada factura que todavía no puede cobrar por un trabajo ya realizado. En definitiva, una forma con alta efectividad de obtener dinero al instante sin esperar al vencimiento, mejorar la liquidez de la empresa y evitar el endeudamiento.
Gracias a esta solución es posible prescindir el tener que reclamar a un cliente el abono de una factura. Sólo basta con ponerse en contacto con una entidad crediticia que se encargará del cobro de las facturas a cambio de unos reducidos intereses.
Aunque no es un método de financiación al uso, no cabe duda de que esta herramienta es una gran opción para aquellas pymes que quieren conciliar bien el sueño. Sobre todo en aquellos momentos en los que se intuye que los clientes de nuestra cartera también andan con problemas de liquidez.
Así, el seguro de crédito por deudor se presta de salvavidas financiero para proteger a las pymes de riesgos incobrables en cualquier factura de un cliente. En resumen, una cobertura ante un potencial impago. Un seguro de cobro cuando parece que todo está perdido.
Como punto diferencial en comparación con los seguros tradicionales, esta innovadora metodología permite a la pyme protegerse ante el posible impago de un cliente en concreto sin necesidad de tener que asegurar la totalidad su porfolio.
En un contexto de subida de los tipos bancarios que se prolongará en el tiempo, muchas empresas españolas han decidido prescindir de las vías tradicionales con las que poder contar con capital inmediato. Como alternativa, han encontrado en estos nuevos métodos una solución para sus problemas de financiación.
Una vez que los prueban, la rapidez, la flexibilidad o la facilidad de contratación son algunas de las ventajas que las pymes valoran y que hacen que finalmente opten por este tipo de vías de financiación tanto a medio como a largo plazo.
(Fuente: Emprendedores)