En un entorno donde la inflación no ha parado de crecer durante los últimos meses, multitud de emprendedores están viéndose obligados a subir los precios de los productos y servicios que ofrecen en su negocio. Sin embargo, hacerlo sin perder clientes es una cuestión compleja, por lo que muchos deciden asumir las pérdidas para poder mantener sus empresas en el mercado durante este comienzo de año.
En este sentido, un reciente estudio publicado por la aseguradora Zurich concluye que, a pesar de que el 82% de los emprendedores se ha visto afectado por el alza de los precios, solo el 33% ha repercutido la inflación sobre sus clientes. “El resto se han tenido que enfrentar al dilema de elegir entre perder clientes o reducir los márgenes de beneficio de su negocio”, afirman desde la multinacional.
Se trata de un problema que afecta de forma especial a los emprendedores que han lanzado sus negocios hace poco, un momento en el que “es normal que cobremos precios más bajos para validar nuestros servicios y atraer a nuestros primeros clientes”, explica Lucía Jiménez Vida, mentora de negocios y experta en estrategia de negocio, productividad y hábitos.
Sin embargo, en un entorno como el actual, subir los precios es, a menudo, una decisión obligatoria para hacer crecer el negocio. Y no solo por el marco económico. “Las razones son obvias: para ser mejores, nosotros mismos hemos tenido que invertir en nuestro desarrollo profesional y el crecimiento de nuestra empresa”, explica Jiménez Vida.
Escasez y urgencia. “En primer lugar, debemos analizar cómo los estamos presentando actualmente”, afirma la experta. “Por ejemplo, si ya tenemos los precios publicados en nuestra web y son visibles por todos, es importante que hagamos una campaña de atracción antes de subirlos. Esto nos ayudará a aumentar clientes introduciendo escasez (mediante plazas limitadas) y urgencia (el precio subirá en solo unos días).”
Mejor hacerlo de forma gradual. “Si, cuando presentamos los nuevos precios del negocio, nos los siguen aceptando sin plantearnos objeciones, podremos planificar una nueva subida para más adelante siguiendo la estrategia anterior. Pero si duplicásemos precio y, de repente, dejásemos de captar clientes, nuestra imagen de marca se vería seriamente afectada, al vernos obligados a reducir de nuevo el precio u ofrecer descuentos”, explica Jiménez Vida.
Mantener el precio, pero reducir el servicio. Otra estrategia para superar los efectos de la inflación, cada vez más común en algunas empresas, es la conocida como “reduflación”. Por definición, la reduflación es un término que aúna dos palabras: reducción e inflación. Así, esta técnica consiste en la reducción del tamaño de un producto mientras se mantiene su precio anterior. De esta forma, se consigue que los consumidores no noten tanto el crecimiento de los costes, aunque en proporción el precio sí aumenta.
Sin embargo, aunque se trata de una técnica bastante efectiva para solucionar el problema de la inflación sin que el consumidor termine de notarlo, la reduflación a menudo es catalogada como estafa por muchos clientes. Por eso, es recomendable mantener una comunicación fluida con ellos y hacerles entender que, de otra forma, el precio de tus productos aumentaría de manera significativa.
(Fuente: Revista Emprendedores)